Las gotas de lluvia se estampaban contra el cristal de la torre donde se encontraban los aposentos de la Reina. Era invierno y, seguramente, la nieve no tardaría en hacer su aparición, cubriendo los campos de blanco.
Catalina se encontraba repostada frente a la chimenea, sintiendo cómo su calor calaba en su interior hasta llegar a penetrar en sus huesos. Pero no lograba apaciguar el corazón de la dama española.
Catalina pasaba las cuentas de su rosario mientras murmuraba en latín la oración que aprendió de niña. ¿Qué pedía la de Aragón? ¿Salud? ¿Dinero, quizá? No. Sólo amor. Catalina rezaba para recuperar el amor de su esposo. Catalina confiaba en que Dios pudiera concederle ese deseo. Confiaba en que Dios pudiese premiarla con un hijo varón para Enrique; un heredero para Inglaterra.
En ese momento estaba acompañada por dos de sus damas de compañía más fieles; Jane Seymour y María Bolena, esta última, hermana de Lady Ana; la nueva amante del rey. Catalina era consciente de que incluso la propia María yació con el rey. Pero aquello fue un mero pasatiempo, un capricho únicamente. Sin embargo, la Reina temía que con Ana no fuera igual. Enrique parecía demasiado encariñado con la Bolena. Demasiado.
A pesar de la compañía de sus damas, Catalina se sentía sola. Y parecía que esa sensación iba en aumento conforme pasaban los días. Empezaba a sentirse como una extraña. Por primera vez desde que llegó de España al país inglés, Catalina se sentía como una extranjera.
Lo único que quizá diera luz a su vida en esos momentos de desazón era su hija María. Hija de ella y de Enrique. María era lo que más quería en este mundo y era por ella por la que estaba dispuesta a luchar hasta el final.
Cuando Catalina terminó su rezo, indicó a sus damas que se acercasen con un gesto de la mano.
-Jane, María. Ayudadme a coser estas camisas para el rey.-Dijo, con una gentil sonrisa. Pues, apesar del desprecio con el que Enrique trataba a la Reina, ésta aún sentía tal aprecio y apego por él que continuaba realizando el papel de buena esposa y reina.