Comiendo con mi queridisima niña linda (Jen)

Nos habia tocado limpiar a Jen y a mi la capilla, no era gran trabajo, acostumbrado a hacer trabajos de exteriores esto me parecia un poco como un paseo en barca, más tranquilo y relajado, la capilla aunque era grande, si tenia mucho polvo, sobretodo entre figuras, empecé a limpiar la cruz de Jesucristo, una de tantas, no habia hablado en toda la mañana o la tarde, aveces perdia la nocion del tiempo, ni siquiera queria saber en que hora estabamos porque que mas daba, siempre era lo mismo, te levantabas para trabajar y recibir reproches y sermones que ya se repetian, no me gustaba mi vida tan monotona, lo menos monotono era cuando me castigaban, y tampoco esque me alegrara de sobremanera aquello...bueno, y cuando "tomaba prestado" algunas cosas de la realeza. Por ahora no se habian enterado y llevaba desde que llegué robandoles, bueno, tomandoles prestado cosas, sonrei limpiando.

Me giré a ver que tal le iba a Jen, yo ya habia terminado y creo que era hora de comer, las manos se me habian un poco arrugado del contacto del agua, aparte de lo asperas que las tenia de por si, por el trabajo en el campo, que aunque almenos estaba en exteriores, que siempre me habian gustado, tambien es donde más se adecia a mi entender, porque si llovia, cogias la llovia, si nevaba, cogias la nieve, si habia niebla, tambien...y no teniamos dias de descanso, al igual que mis compañeros, pero esto me era una especie de descanso.

Asi que dejé las cosas en su sitio, por si volviamos despues de comer y la esperé, me gustaba ese silencio que se notaba en esta estancia, y más cuando no habia nadie hablando, digamos que era un constante buscador del silencio, aunque de normal lo encontraba...solo aveces.

Pero creia que no pintaba mucho en este sitio, de hecho aveces me sentia un poco como que era un poco raro, no era obediente, no solia seguir ordenes, iba a la mia, además de ese trato hostil claro con el rey, que hacia alli? suspiré y bajé levemente la mirada, para luego posarla de nuevo en Jen.

-Ya esta?-dije mirandola

Rasqué la cabeza mientras continuaba con mi trabajo. La verdad, era una remota tontería limpiar una por una cada obra.. El suelo era de mármol, al igual que las paredes. Las figuras eran de piedras labradas, excepto alguna que otra virgen.. Por que no coger cubos de agua y rociar todo con ella? y luego secarla, si tal abanicando? El suelo se limpiaría rápidamente, total, había que hacerlo igual..

Miré a Dan que estaba como siempre con cara en off. Mordisqueé el labio y acabé y también mi trabajo. Miré la suave figura de una señora tapada con un velo, un niño que lloraba en sus brazos, y una lágrima recorrer por la cara de ambos. Era extraña la figura y la miré como tal...

Cuando escuché a Dan, me quité de mi ensimismamiento, y lo miré con mi tranquilasonrisa de siempre.
-Si- dije con aquella voz dulce que siempre me acompañaba. Me levanté con pereza y puse mi suave mano encima de la suya - Vámos a comer? - sonreí y miré a la puerta de refilo unos segundos.

Sonrei, no debia de ser muy buena compañia, almenos no la más habladora, pero esque mi mente divagaba por ahi bastante, no sabia si por alejarme del mundo este o simplemente por divagar, entonces la oi, asenti y me dirigi hacia donde estaba ella, creo que de todas formas me limpiaria bastante esas manos, que aun no se me habian curado algunos cortes y lo necesitaba, aunque fuera invierno, me gustaba salir mucho por ahi y más comer con la bella acompañante que tenia hoy.

Acostumbrado a compañia masculina en el trabajo, estar de vez en cuando con las chicas animaba el ambiente, o almenos me despertaba de otros modos, pero alomejor un dia me levantaba animado y por las tareas se me iba el entusiasmo, vaya aburrimiento, lo mio hubiera sido ser un caballero de esos andante o algo de movimiento, no sirviente...o como aveces parece, esclavo, aunque no se diga.

-Si, sabes que habrá hoy para comer?-dije mientras la cogia del brazo

Me alegraba encontrarme con ella mientras comiamos o mientras hablabamos, lo que fuera, era muy agradable, tanto que la consideraba como de esa familia inexistente, aunque tampoco ni le contaba mucho de mi, ni creo que ella tampoco, era cercana pero de distancia, creo que por eso no terminaban de cogerme confianza, algo fallaba ahi, nota mental: se más extrovertido.

Sonreí de medio lado mientras comenzábamos a andar por el pasillo del gran castillo. Le cogí del brazo y en la otra mano, iba el cubo de agua. La verdad es que era una escena un tanto divertida, y no puede evitar aquella sonrisa traviesa en mi rostro.
Miré para el y me encogí de hombros
-No lo se, pero estoy seguro de que la cocinera hará algo rico- le dije cerca del oído como murmurando y me separé para mirarle más notablemente.
Dan era... como explicarlo... como mi hermano mayor.. uno que hacía poco había sufrido una epidemia y ya no estaba.. y que ahora lo remplazaba el.
Era agradable verle, y, aun que no charlara casi nada, me recordaba demasiado a él.
Como mi hermano era callado, moreno y de preciosos ojos claros... por eso quizás lo quería un tanto..

Seguimos andando por el castillo hasta llegar a la cocina y ahí nos sentamos en la gran mesa de sirvientes de madera
-Que tenemos de comer.. Maria?- dije con una buena sonrisa

-Eso espero, tengo mucha hambre-dije, estaba hambriento, estuvimos andando por alli, mi mente divagaba (como era usual) por lugares y parajes desconocidos, aunque debia admitir que aquel castillo daba paso a la imaginación.

María nos estaba esperando y sonrio al vernos, era una de las veteranas, cuando llegué hacia 11 años , ella estaba alli ya, y siempre tuvo conmigo y con los demás muy buen trato, aparte de ser muy atenta y cuidadosa con que comieramos decentemente.

Con Jen era diferente, seria por el hecho de no haber tenido hermanos, que cuando la conoci senti un fuerte apego hacia ella, como que me salia la vena protectora y solo queria que estuviese bien y verla sonreir, al igual que a los demás, no se, eso me animaba bastante, aunque no sonriera ni lo demostrara constantemente.

Maria nos dijo que teniamos fideos , asi que nos los puso en dos platos hondos, sacó las cucharas, vasos y demás herramientas de comida y se fué a seguir preparando, me senté en la silla izquierda y vi los fideos, mis ojos brillaron, no era mi comida favorita, pero estaba hambriento perdido.

Miré el plato a rebosar que nuestra querida María nos ponía. Sonreí y me pegué a Dan mientras lo miraba de reojo, como siempre, en la inopia. Hundí mi cuchara en la comida, que realmente estaba a su punto, tanto de densidad como de calor. Con mi codo, di ligeramente en el brazo de él y cuando me miró levanté las cejas divertida. Se le veían ya las babas caer, el pobre estaba totalmente famélico. Me reí y alcé la cuchara poniéndosela en sus labios. Al instante abrió la boca, e introduje los deliciosos fideos en su boca. Una sonrisa todavía más grande apareció a mi cara y me reí poniendo mi mano delante de la boca. Bajé la mano y dejé la cuchara en el plato mientras cogía una servilleta y le limpiaba la boca poniendo con suavidad el tejido sobre la comisura de sus labios, volviéndolo a separar y poner en otra zona.
Alcé la vista a sus ojos de nuevo y lo miré mientras mi mano todavía reposaba sobre mi boca, y la otra sobre la suya.
-Rico?- pregunté con sencillez mientras lo miraba con curiosidad

Estaba observando esos fideos, como esperando que estos viniesen a mi por arte de brujeria, cuando vi que la cuchara era levantada por Jennie, y empezaba a darme de comer, al principio me dejé, hasta que observé que esta imagen podia parecer como menos, un poco estupida, luego cuando me preguntó eso, sonrei de lado.

-Si-dije, pero cogi la cuchara y paré de que dejara de darme de comer

Miré a Maria que estaba haciendo su trabajo tan tranquila y luego cambié la vista hacia la ventana, era curioso, cuando estaba en interiores, echaba de menos los exteriores, pero al reves nunca solia pasarme, quitando los dias que llovian y no veia absolutamente nada con la niebla, quitando eso...si, se estaba mejor fuera que dentro.

Como era obvio estando sentado, empecé a mover el pie, y segui comiendo durante un rato, hasta que finalicé, habia comido bastante rapido, y seguramente me sentaria mal, asi que solo terminé, aparté el plato dejandolo casi en el medio de la mesa.

-Cuenteme algo sobre vos, sus ilusiones, ideas, no se...cualquier cosa que desee, menos de trabajo, a ser podible-dije sonriendo de lado, habia estado estos dias pensando en Ana, Ana Jagellón, no la pude olvidar, desde nuestro encuentro en los jardines y sentia como una especie de felicidad pero un poco cohibida, ya que, en el caso que ella sintiese algo hacia mi, que lo dudaba, ella era princesa y yo tenia lo de principe, lo mismo que el Papa de servidumbre...nada, asi que una de dos, o intentaba hacer lo posible por conquistarla, que esa era la idea, o almenos saber si sentia algo por mi, más que nada para no quedarme ante la duda, o optaba por la opción "facil", intentar olvidarla...no, la intentaria conquistar, aunque si ya tenia prometido? Danny no pienses en nada de eso, me decia a mi mismo mentalmente.

Mordí el labio y me encogí de hombros lentamente. Seguí comiendo, yo siempre había sido mucho más lenta y de hecho, él siempre me esperaba, eso era lo que más me gustaba de comer en su compañía.
Limpié mi labio inferior primero con el labio superior, mientras cogía una servilleta y volví a limpiarlo tranquilamente. Ladeé la cabeza y me giré en el propio asiento. Sonreí alegremente y pasé una pierna por el otro lado del asiento y me ponía montada en el. Me acerqué más al cuerpo de Dan poniendo ambas manos juntas sobre el banco de madera , pegadas a mi cuerpo, haciendo cierto peso mientras mi cabeza se reclinaba para un lado mirándolo con curiosidad.
-Tristemente todo se concierne a trabajo.. no como vos por lo que veo..- sonreí y le di un suave golpe con mi propio hombro en el suyo. Sonreí más ampliamente y lo incité a que dijera algo con una simple mirada cómplice.

Recibi un golpe amistoso en el hombro, al cual correspondi con otro pero suavemente sonriendo, ni idea de a que se referia sobre lo que dijo, pero no le daria importancia, aunque tenia curiosidad, lo unico que se me venia en mente las riñas, pero eso era usual, bueno, en mi caso...y como mi cara no pusiera una pancarta que dijera "Estoy enamorado o enamorandome" , no sabia a que se referia sinceramente.

Dado que terminé de comer, me acomodé en la silla, recostandome un poco en el respaldo y alargando los pies, acomodandome en essa silla que no era muy comoda a comparación del sillón real, al que siempre tuve tentativa de sentarme...esque era limpiar el salón del Trono y daba una tentacion a sentarse...

-A que os referiis?-dije sonriendo un poco picaramente y divertido-que yo sepa, tambien tengo todo igual a vos...más o menos, me entendeis-dije enarcando una ceja

Si, debia de haberselo dicho mentalmente o algo, porque para mi que se hacia una idea de que esta felicidad disimulada viniera de algo que no fuera de trabajo, aunque siempre podia decir "he tenido un buen dia", que buenas escusas existian.

Mi mano fue a parar a su carita y le acaricié perdiendo la mirada en ella. sonreí con cariño y ternura y volví a alzar la vista a sus preciosos ojos claros
-Normalmente ya estáis en el cielo, siempre pensando en vuestras cosas...- agrandé la sonrisa y me limité a mirarlo durante apenas un minuto- pero esta vez no teneis una cara aburrida, estáis... distinto- conocerlo aun que fuera sus movimientos, en cierto sentido era bueno, pero me daba miedo que el conociera tan bien como yo a él los suyos. Me perdí en su mirada perdidamente llena de felicidad. La verdad, me alegraba muchísimo verlo así, pero me daba mucha curiosidad el por qué de tanta alegría
-Cuénteme Dan, que ha pasado?- susurré cogiéndole las manos y atrayéndolas a mi propio regazo, haciéndole volverse para a delante, casi encorvarse y tenerle más cerca de mi, con la función de que nadie mas escuchara. Yo también me acerqué a el, y como dos cotillas le apreté más las manos

-Como que cara aburrida?-dije enarcando una ceja, lo de las nubes lo pasaba, porque lo estaba, lo admitia, pero no era ni tenia una cara aburrida, sonreia lo necesario, es diferente...bah, da igual, y sobre lo demás, si, se ve que mi cara era un gran mapa donde habian indicaciones de lo que me pasaba y dejaba de pasar, aunque yo tambien conocia esas señales distintas en su cara, como decia ella...sonrei negando.

-No es nada...solo que...creo que soy un poco estupido, porque gustarme una princesa a quien se le ha ocurrido? o almenos me atrae, Jen estoy muy verde en este tema...demasiado-dije mirandola, creo que si no se reia ella de lo que acababa de decir, reiria yo, pero más que nada por no darme cabezazos contra la mesa por ello.

Tantas mujeres que habia y va y me atrae una princesa y encima prometida, suspiré y le cogi las manos

Sonreí mientras acariciaba las palmas de sus callosas manos. Acerqué mas mi silla a el y puse mis piernas entre las suyas, rozando su entrepierna casi sin darme cuenta.
Me reí por su comentario y aparté la vista de nuestras entrelazadas manos para mirarle a los ojos de nuevo.

-Bueno, estar enamorado no es estúpido, y luchar por lo que quieres, tampoco es estúpido, así que a ti no te consideraría una persona estúpida cariño..- sonreí y le di un besito en la mejilla. -es más, me pareces absolutamente .. perfecto. Para cualquiera chica que quieras..- sonreí abiertamente y lo miré con intriga por saber más acerca de todo
-Y dime, quien es la afortunada que te anda a revolver los sentidos y el orden?- me reí y e acerqué mas a el cuchicheando, para que María no nos escuchara. Bueno, en realidad a mi me daba igual que Maria "escuchara" pues en realidad estaba casi sorda..

-Si...ya, eso lo deciis vos porque no teneis más remedio, pero si los miembros de la Corte me deben tener en una diana para darme dardazos, aparte, es la princesa de Hungria, es absolutamente imposible que se fije en un simple empleado del rey...teniendo principes y nobles a su alrededor, solo me verá como un absurdo estorbo-dije mirandola y al pensarlo di un puñetazo contra la mesa.

-Es Ana Jagellón, no se si la conoceis, pero aunque no he estado mucho con ella me hace sentir...bueno, ya sabes-dije sin terminar la frase y suspiré, una princesa y un sirviente, esto parecia una novela escrita por Shakespeare, pero diferente...aunque nunca lei a ese autor que tanto se adoraba en estas tierras.

-Sabeis que? me propuso que fuese su guardia-dije sonriendo ladinamente, el proximo dia se lo diremos al rey a ver que opina sobre dicha decisión, espero que me lleve lejos...y...enserio, me siento estupido-dije y apoyé mi cabeza sobre el brazo

Mordí el labio inferior y me acerqué mas a el. Que digo? me senté directamente en su pierna. Pasé los brazos por encima de sus hombros, rodeándole y me pegué a el
-Hay un noble que quiere que sea sirvienta suya,.. - susurré..- parece ser que desenvolvemos bien nuestro trabajo... tu como guardián, yo como.. sirvienta..- puse cierta cara de asco, no era que me encantase mi trabajo, pero bueno, al menos servía para vivir.. no?
acaricié su lado de la cara y lo miré con curiosidad
-Así que una princesita.. te pide protección... vamos.. que se siente protegida a tu lado.... -sonreí de medio lado y rodé los ojos -es evidente que os quiere como algo más querido...- me reí y miré a María seguir haciendo de esa deliciosa comida mientras nosotros como un par de vagos estábamos sentados divirtiéndonos con confesiones inocentes. Cada vez se me parecía más a como un hermano, que como a un amigo más.- Me alegra que seais tan feliz...

-El problema esque no tengo ni idea de ser un guardian...nunca manegé una espada, ni siquiera se porque me eligió a mi..-dije lo ultimo en un susurro, bajando la mirada, más que sentirme feliz, me sentia confundido y bastante perdido.

Entonces escuché lo que dijo de que un noble queria que fuese su sirvienta, sonrei, almenos no era el rey, aunque esque yo tenia el rey en muy malas vistas, no sabia como era su relacion con "tal alteza", pero yo preferiria mil veces trabajar para un noble que para él, y ella habia tenido la oportunidad y me alegraba, aunque en cierta parte me sabia mal, porque no la veria mucho, ya que estaria en casa de ese noble y yo aqui, en el caso de que no pudiera ser el guardia de la princesa, pero sonrei levemente.

-Me alegro, se ve que confia en vos, pequeña-dije eso con tono divertido y pase mis brazos por su cintura abrazandola a mi, aunque sobre lo que ella dijo de que la princesita me queria como algo más, lo dudé, simplemente necesitaba guardias, ella misma me lo dijo y me vió como indicado y ya esta, no debia darle más vueltas...odiaba el amor por algo, porque no me hacia estar seguro de nada y eso me ponia de los nervios.

Posé mi cabeza en su hombro y sonreí bajo su mandíbula. Le di un suave beso en su piel y asentí lentamente. realmente no era eso de confianza lo que el noble quería, pero bueno, algo ... era algo supongo.. Al menos sabría que me iba a divertir,.. (:
-No creo que tengas que saber dirigir tanto la espada...- me reí recordando a los juegos de niños de las espadas de madera. Simplemente, era danzar.. Mordí el labio y de pronto me asusté de que el tuviera que luchar, de que le hicieran daño, y de pronto la idea de que se fuera con la muchacha Ana, no me hacía ni pizca de gracia..
Mordí el labio, no pensaba decirlo, antes me cortaría la lengua. Si el deseaba irse con su ya amada, yo no podía poner objeción alguna.
-Espero que seas feliz en ese nuevo empleo...- sonreí sin ganas, pero el ya no lo miraba, mi cara se escondía bajo su cuello, en el hueco de este y el cálido susurro fué disipado en la piel de su cuello, junto donde una vena caliente latía una y otra vez.

-Y yo en el vuestro-dije y pase mi brazo por su espalda, cerrando los ojos, acariciandola con cariño-aunque admito que la echaré de menos-dije mirando su cabello, que es lo unico que tenia a la vista, apoyé mi cabeza sobre ella, quedandome en completo silencio.

-Bueno, un guardia, debe saber defender a lo que guarda o a quien guarda,no? si es atacado o atacada en este caso y si la atacan y me quedo mirando sin saber que hacer...-dije y di un soplido largo

Ante la idea no se, de separarnos, despues de dos años de estar con ella, pasando buenos dias y noches, disfrutando, dentro de lo que cabia, cuando no habia trabajo o teniamos descanso, parecia que como que todo eso lo perderia, era como una hermana, talvez no debi hacer esos lazos tan "profundos" con ella, por eso de perder a alguien más, aunque era inevitable, no pude ponerme triste por momentos.

-Nos veremos,no?-dije preguntandola en un susurro

Miré a Maria, tan agena a todo, que hasta cierto punto me daba envidia, a ella solo le importaba la cocina y que nosotros sonrieramos y esas cosas, pero parecia no imbiscuirse en nada más a mi parecer.

Me encogí de brazos y lo miré con ternura. Acaricié su cara para darle a entender de que nada pasaría, de que nos seguiríamos viendo.. de que no pasaría... nada.. no?
Suspiré y cerré los ojos poniendo mi frente pegada a la suya. Abrí los ojos y lo miré totalemente atontado. Sonreí y le di un besito en la nariz
-Me gusta que te guste esa chica.. tienes una sonrisa demasiado linda para derrocharla con estar siempre revolucionando el castillo, para no poder verla por que estas arrestado por molestar a tus amos...- mordí el labio -me alegro de que si te vas con esa chica al menos nadie podrá quitarte esa sonrisa por que al menos serás feliz con lo que haces..- acaricié su cara de nuevo, pasando los dedos por la mandíbula. Perfilé de nuevo su nariz y lo miré con curiosidad
-Y respecto a lo de vernos -bueno, supongo que no se le metería entre ceja y ceja al noble ahora que no podría ver a mis amigos, digo yo...- supongo que nos miraremos a menudo -afirmé con una gran sonrisa

-Oye, que imagen teneis de mi...no revoluciono el castillo-dije como haciendome el ofendido-solo le doy vida a mi manera-dije y levanté una ceja sonriendo.

Me dijo que sonreia más, nunca imaginé que me diria algo asi, pero al parecer tenia la cara de bobo que se le hace a uno cuando siente algo por alguien, y yo que pensaba que terminaria jugando a las cartas en mi habitacion hasta el dia de la muerte, uff si, tenia la autoestima baja, aunque una manera de aplacarla era la rebelión que nunca llegaba a nada, bueno si...a castigos, dolorosos y largos castigos, lastima no tener y formar un grupo para poder rebelarnos, pero tenian miedo del rey...y aunque en parte lo entendia, por otra parte me daba aun más rabia.

-Le traje un regalo para vos...un dia cuando fui a hacer un encargo...digamos que..-dije y sonrei picaramente, pero me levanté-un momento, ahora la traigo-dije y sali de alli en dirección a mi habitación, María se giró cuando me vió salir por la puerta y dar un portazo (sin querer), me dirigi correndo por el cesped que ayer se me olvidó cortarlo, mas me valia empezar a hacerlo hoy, cuando fuera, y llegué a las estancias de los de servicio, abri la puerta roñosa de mi habitación, una simple habitación con una cama...que ya apenas cabia, y abri un pequeño armario, bueno, lo suficientemente grande para la hamaca robada que cogi a un barco que desembarcó, y como no habia tripulantes a bordo la cogí...

Saqué la hamaca de ese lugar y me la llevé al hombro para regresar donde estaba Jennie y María, corriendo y fijandome que habia algunos nobles por alli paseando, asi que cuando vi la entrada trasera de la cocina, entré y dejé la hamaca, en buen estado en que estaba (era la mejor de todas las que habia en el camarote), la dejé sobre la mesa.

-Que me deciis? digno para vos o que?-dije sonriendo divertido, entonces vi que ya me llamaban para seguir con el trabajo, uno de mis compañeros.

-Lo siento, debo volver al trabajo, hasta más ver, Jennie y Maria-dije y sali de alli


FIN DE TEMA